Pregunta 9: Espera, espera, espera… ¿todavía no hemos
hablado sobre dungeons? Pues ya es hora, y más si estamos situándonos en
un ambiente medieval fantástico. Seguro que alrededor de Highdell
conoces un dungeon. Una sucesión de cavernas, un sotano que se abre a
una sección de las alcantarillas medioenterradas, una torre cuyos
subterraneos se encuentran por explorar. Por favor, cuéntanos lo que
sepas de dicho dungeon.
En el Patio de Armas de Highdell, en
pleno centro de la urbe, podemos encontrar una escena algo atípica,
una guardia constante de cuatro soldados bien armados custodian lo
que parece ser una gran tapa de alcantarilla sellada en el suelo. Día
y noche puede encontrarse esta guardia con su ceremonial relevo cada
cuatro horas. Sus habitantes suelen pasar cerca sin darse casi ni
cuenta ya que desde hace muchos, muchos años siempre ha sido igual,
incluso se dice que cuando un nuevo alcalde es elegido tiene la
obligación de mantener la vigilancia y hacer un pacto de silencio
sobre lo que se esconde tras esa tapa de hierro forjado, solo son muy
pocos los afortunados que tienen una ligera idea del misterio que
envuelve ese lugar.
Pero no hace mucho llegaron a Highdell
un grupo de cuatro hombres con un mandato real para investigar el
hecho y aquí hemos podido encontrar parte del informe que redactó
el único superviviente, ruego a quienes lo lean que no lo difundan
para evitar crear el pánico entre la población:
-” Después de tratar con el alcalde
y gracias a la misiva real hemos conseguido que nos dejen bajar para
anotar todo lo que veamos ahí abajo. Las gentes dicen que se trata
de la mismísima puerta al infierno pero por una vez vamos a
descubrir de que se trata.
Vamos bien equipados con linternas de
aceite y antorchas, cuerdas, mochilas con herramientas y útiles de
escritura, ademas, Lars y yo vamos acompañados por dos veteranos
sargentos muy diestros con la espada, no sabemos lo que podemos
encontrar aquí abajo pero no creo que sean mas que ratas de cloaca.
Nada mas descender los guardias de la
superficie han cerrado firmemente la tapa, menos mal que teníamos
las lámparas encendidas, la oscuridad es absoluta. La primera
impresión es que estamos avanzando sobre un suelo metálico, parece
hierro de muy buena calidad y colocado por manos expertas. Al igual
que el suelo, las paredes y techos son iguales, en las paredes hay
formas y símbolos que no logramos entender, vamos a empezar a copiar
todo lo que podamos para luego investigar en la biblioteca.
Llevamos unas dos horas aquí abajo,
esto es enorme, hemos pasado por varias bifurcaciones y cruces así
como férreas puertas en las paredes sin ningún tipo de mecanismo de
abertura. Hemos decidido separarnos para poder abarcar mas, aunque no
es agradable estar aquí abajo tampoco parece peligroso, cierto es
que hemos escuchado de vez en cuando unos siseos lejanos típicos de
las alimañas que pueblan las ciudades. Lars y el soldado Vanaheim
han cogido el pasadillo a la izquierda mientras que Ulrich y yo a la
derecha, me siento seguro con este grandullón acorazado y su
mandoble siempre dispuesto.
Mierda! Algo pasa, ha pasado
aproximadamente media hora desde que nos hemos separado pero estamos
escuchando los gritos de ayuda de Lars, el siseo ha aumentado hasta
hacerse ensordecedor y corremos hasta su zona.
Demasiado tarde, esto es horrible,
tanto Lars como Vanaheim están salvajemente mutilados, de hecho solo
hemos encontrado el torso sin cabeza del sargento, un reguero de
sangre fresca sube por la pared y desaparece tras una plancha abierta
en el techo. Es hora de volver lo mas rápido posible.
No puede estar sucediendo esto, creo
que nos hemos perdido y hemos llegado a una habitación enorme llena
de unos capullos de medio metro de altura que rezuman un icor
nauseabundo, hay que retomar el camino como sea...
Perdón por mi escritura, apenas veo
nada, tengo la lámpara cubierta para evitar ser visto aunque esos
diablos no creo que necesiten luz para saber donde estoy. Voy solo,
Ulrich ha muerto enfrentándose a dos demonios que han salido del
techo, son negros como el azabache y su cuerpo duro y resbaladizo
como las piedras de río. Una de las bestias ha recibido un impacto
del espadón de mi compañero pero una sangre espesa y verde ha caído
sobre su brazo quemandole hasta el hueso cosa que le ha hecho perder
el arma. Seguidamente el segundo le ha perforado el pecho acorazado
con su cola acabada en un espolón dándole muerte. Durante esos
segundos yo he podido escapar y correr todo lo rápido que he podido.
Finalmente he conseguido llegar hasta
la entrada y los soldados me han abierto y sacado, estoy agotado y en
estado de shock, tengo que entregar estas notas lo antes posible, en
estos momentos en mi cabeza solo resuena la historia de ese loco que
nos enseño el pergamino dibujado donde salia la estrella que caía
del cielo enterrándose en esta zona...."-
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