viernes, 29 de julio de 2016

Empezando el viaje.

     El joven Kaneda se despidió de su familia lo mas brevemente posible, no quería que ellos notaran su pesar al saber que no volvería en bastante tiempo, al menos, la idea de ir acompañado de Ítaca, su amiga de la infancia le daba las fuerzas necesarias para emprender esta aventura.
Ambos sabían que el camino iba a ser largo y complicado pero era por una buena causa, necesitaban encontrar la escuela del maestro Cuervo e intentar ingresar como alumnos. La tarea era ardua, de todos era sabido que el anciano maestro no aceptaba a cualquiera para instruirles en las legendarias enseñanzas sobre esos pequeños seres pero los dos amigos tenían algo que les facilitaría la entrada.

     En una ocasión, el padre de Kaneda trajo a casa un extraño regalo, se trataba de un enorme huevo blanco con manchas verdes y azuladas, al principio pensaban que era una figura de piedra ya que su elevada dureza les tenia engañados hasta que investigando en la biblioteca del pueblo se dieron cuenta de que era un huevo sin incubar de pokémon.
Que extraña palabra, nunca la habían oído, al parecer hacia referencia a unos animales, seres o incluso monstruos de pequeño tamaño aunque todo eso provenía del folclore de la región, nunca nadie había visto uno, como mucho un escurridizo mapache o zorro eran los culpables.
Kaneda explicó a su amiga que el huevo lo había encontrado su padre en una zona volcánica muy inestable, a pesar de estar sometido a altas temperaturas se encontraba en perfecto estado.
Por decirlo así, era su pase a la escuela, estaban seguros de que allí les iban a enseñar a incubarlo, criar y controlar lo que viviese en su interior.

     Los primeros días no fueron muy difíciles, Ítaca conocía muy bien la zona tomando cómodos senderos a través de valles y colinas, en dos ocasiones tuvieron que ponerse a cubierto por unas fuertes lluvias pero nada fuera de lo normal.
Sin darse cuenta ninguno de los dos, a medida de avanzaban el viaje, minúsculas grietas iban apareciendo en la corteza del huevo, el cual se encontraba envuelto en una manta dentro de la mochila de Kaneda, era como si el calor del chico y el movimiento de sus pasos estuvieran incubando a la criatura de su interior.

     Ya llevaban diez días de viaje, un fuerte catarro mermaba las fuerzas del chico pero gracias a los descansos de la avezada exploradora el viaje no se detuvo por completo. Fue en uno de esos descansos cuando algo extraño, mágico, sucedió.

     Estaban los dos viajeros cobijados en La Mesa de los Gigantes, una curiosa formación rocosa de unos tres metros de altura con forma de mesa cuando después de cenar un caldo caliente y algo de pescado en salazón,  la mochila de Kaneda se sacudió lo justo para que se dieran cuenta. Rápidamente la abrieron con un ligero crujido ambos se sobresaltaron al saber que provenía del huevo. Una vez desenvuelto de la manta de algodón que lo protegía vieron asombrados como enormes grietas corrían por su superficie y algunos trozos se desprendían por si solos. Algo estaba saliendo!

Ítaca obligo a su amigo a dejar el huevo sobre la manta mientras se abría completamente a la vez que sostenía en alto su daga, no era necesario correr riesgos innecesarios, fuese lo que fuese, podría ser peligroso.

     Pasaron unos pocos minutos hasta que vieron con claridad al huésped del huevo, parecía un pequeño anfibio de piel anaranjada tenia unos enormes ojos verdosos pero lo que realmente mas les llamó la atención fue el extremo ardiente de su cola, una vivaracha llama bailaba sinuosa chamuscando partes de la cáscara y de la manta. El sobresalto inicial fue grande pero al poco vieron que su nuevo acompañante de viaje no tenia malas intenciones, no tenían ni la mas remotisima idea de que hacer con él, de momento, con vigilar que la llama de su cola no quemase nada de importancia ya sería todo un logro y estaba claro que debían de acelerar el paso hasta la escuela.



lunes, 25 de julio de 2016

Cazando pokémon con Ryuutama. Introducción.

     Parece que la fiebre de los monstruos de bolsillo ha vuelto, nos hemos vuelto locos cazando u odiando con el archiconocido Pokémon Go y sin lugar a dudas también a llegado nuestro entorno nos guste o no.
 Mi idea es hacer una serie de entradas sobre una posible adaptación del videojuego a los juegos de rol clásicos, de momento y a modo de introducción aquí teneis la primera de las entradas.

     Por nuestro entorno, me voy a centrar en nuestros hobbies, mas especialmente en el de los juego de rol y bueno, no es difícil ya que en sus inicios el juego estaba clasificado como un videojuego rpg (role playing game) donde nos poníamos en la piel de un entrenador y nuestro cometido era encontrar y mejorar estos seres a través de luchas para conseguir evolucionar en formas mas poderosas.
Creo que aquí es donde os debo de avisar de que tanto el videojuego como el anime me pillaron un poco viejo ya, fuera de onda, conozco a un buen puñado de ellos pero no sabría recitar todos y cada uno de sus complicados nombres ni partes de la trama, así que si meto la pata con algún dato no me mandéis a la hoguera, de momento al menos.

     Volviendo al tema que nos interesa, yo soy uno de los mas de treinta millones de jugadores, el juego me gusta, es simpático y crea un cierto pique sano entre los miembros de mi entorno que también lo usan así que como todo rolero verdadero empecé a darle vueltas a como plasmarlo sobre un papel y moverlo a base de tiradas de dados.
En Pokémon Go nuestro objetivo es coleccionar el mayor número de monstruitos posibles y esto se hace mediante largos paseos por nuestra ciudad para ir capturándolos a medida que avanzamos por calles y plazas, básicamente nos toca elaborar rutas de viaje por las zonas de mayor afluencia para conseguir tal propósito.

     Con esta premisa creo que estaba muy claro que reglamento usar además la estética anime le viene como un guante así que el ganador y con creces es el genial Ryuutama.
Si buscáis un pelín en el blog veréis que tengo ya un par de entradas sobre el reglamento, en su momento ya le dediqué no pocos elogios y ahora me encuentro con que puede salir algo muy chulo con unos ligeros ajustes, y bueno, seguro que a la mayoría de chavales y no tan chavales les puede resultar interesante la fusión de Pokémon Go con Ryuutama.

     Por ahora tengo un enorme lluvia de ideas en mi cabeza sobre como conseguir algo decente, uno de los principales escollos es que el mundo de pokémon transcurre en una época contemporánea a la nuestra (o incluso en un futuro próximo debido a los “gadgets”) mientras que Ryuutama está emplazado en un mundo, por decirlo así, medieval fantástico.
La tecnología futurista de los Centros Pokémon, pokeballs y muchos mas elementos de carácter electrónico no tienen cabida en nuestro mundo de Ryuutama así que vamos a ir por el camino mas fácil y cómodo, la magia, tened paciencia, si en mi cabeza va cogiendo forma en la vuestra también.
En las próximas entradas iré desarrollando con detalle como fusionar ambos juegos de tan distintas plataformas, mientras tanto no dejéis de tirar dados y capturar pokémon.
Nos leemos en breve!