El joven Kaneda se
despidió de su familia lo mas brevemente posible, no quería que
ellos notaran su pesar al saber que no volvería en bastante tiempo,
al menos, la idea de ir acompañado de Ítaca, su amiga de la
infancia le daba las fuerzas necesarias para emprender esta aventura.
Ambos sabían que el
camino iba a ser largo y complicado pero era por una buena causa,
necesitaban encontrar la escuela del maestro Cuervo e intentar
ingresar como alumnos. La tarea era ardua, de todos era sabido que el
anciano maestro no aceptaba a cualquiera para instruirles en las
legendarias enseñanzas sobre esos pequeños seres pero los dos
amigos tenían algo que les facilitaría la entrada.
En una ocasión, el padre
de Kaneda trajo a casa un extraño regalo, se trataba de un enorme
huevo blanco con manchas verdes y azuladas, al principio pensaban que
era una figura de piedra ya que su elevada dureza les tenia engañados
hasta que investigando en la biblioteca del pueblo se dieron cuenta
de que era un huevo sin incubar de pokémon.
Que extraña palabra,
nunca la habían oído, al parecer hacia referencia a unos animales,
seres o incluso monstruos de pequeño tamaño aunque todo eso
provenía del folclore de la región, nunca nadie había visto uno,
como mucho un escurridizo mapache o zorro eran los culpables.
Kaneda explicó a su
amiga que el huevo lo había encontrado su padre en una zona
volcánica muy inestable, a pesar de estar sometido a altas
temperaturas se encontraba en perfecto estado.
Por decirlo así, era su
pase a la escuela, estaban seguros de que allí les iban a enseñar a
incubarlo, criar y controlar lo que viviese en su interior.
Los primeros días no
fueron muy difíciles, Ítaca conocía muy bien la zona tomando
cómodos senderos a través de valles y colinas, en dos ocasiones
tuvieron que ponerse a cubierto por unas fuertes lluvias pero nada
fuera de lo normal.
Sin darse cuenta ninguno
de los dos, a medida de avanzaban el viaje, minúsculas grietas iban
apareciendo en la corteza del huevo, el cual se encontraba envuelto
en una manta dentro de la mochila de Kaneda, era como si el calor del
chico y el movimiento de sus pasos estuvieran incubando a la criatura
de su interior.
Ya llevaban diez días de
viaje, un fuerte catarro mermaba las fuerzas del chico pero gracias a
los descansos de la avezada exploradora el viaje no se detuvo por
completo. Fue en uno de esos descansos cuando algo extraño, mágico,
sucedió.
Estaban los dos viajeros
cobijados en La Mesa de los Gigantes, una curiosa formación rocosa
de unos tres metros de altura con forma de mesa cuando después de
cenar un caldo caliente y algo de pescado en salazón, la
mochila de Kaneda se sacudió lo justo para que se dieran cuenta.
Rápidamente la abrieron con un ligero crujido ambos se sobresaltaron
al saber que provenía del huevo. Una vez desenvuelto de la manta de
algodón que lo protegía vieron asombrados como enormes grietas
corrían por su superficie y algunos trozos se desprendían por si
solos. Algo estaba saliendo!
Ítaca obligo a su amigo
a dejar el huevo sobre la manta mientras se abría completamente a la
vez que sostenía en alto su daga, no era necesario correr riesgos
innecesarios, fuese lo que fuese, podría ser peligroso.
Pasaron unos pocos
minutos hasta que vieron con claridad al huésped del huevo, parecía
un pequeño anfibio de piel anaranjada tenia unos enormes ojos
verdosos pero lo que realmente mas les llamó la atención fue el
extremo ardiente de su cola, una vivaracha llama bailaba sinuosa
chamuscando partes de la cáscara y de la manta. El sobresalto
inicial fue grande pero al poco vieron que su nuevo acompañante de
viaje no tenia malas intenciones, no tenían ni la mas remotisima
idea de que hacer con él, de momento, con vigilar que la llama de su
cola no quemase nada de importancia ya sería todo un logro y estaba
claro que debían de acelerar el paso hasta la escuela.
Habrá más entradas? La historia me parece entretenida e interesante
ResponderEliminarMi intención es continuar con ellas intercalandolas con otros temas, al menos mientras el hype siga alto.
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado! Gracias por comentar!