Pregunta 18:
No hay dos sin tres. Recorrer los peligrosos caminos que rodean
Highdell (o Vallealto, como también se le conoce) es duro si el
camino se recorre solo. Por eso, casi todos los aventureros tienen a
alguien que le cubre las espaldas en los momentos de dificultad, en
el que se apoyan y al que le ofrecen su apoyo y su amistad. ¿Quién
es? ¿Por qué?
“- psssst Tobias, has
visto ese tipo tan extraño? Si si, el que acompaña al viejo capitán
Ramius, me suena que otras veces ya había aparecido por Highdell con
él pero siempre solía quedarse en las afueras o bien pasaba la
noche en una de las austeras habitaciones para viajeros en el puesto
de guardia de la puerta norte. Bajo esa gruesa caperuza no logro ver
bien su rostro pero algo me dice que no es de por la zona.
- Etienne, te tengo
dicho que es de mala educación señalar! Y mucho menos al señor
Ramius, siempre lo ha dado todo por nuestra ciudad sin pedir nada a
cambio, hasta jugarse el pescuezo.
Te lo voy a contar pero
no lo vayas diciendo por ahí, que sino Matías el tabernero me va a
dejar el lomo arreglado con su vara de olivo. Al parecer una noche,
ya cerrando la taberna, sirvió la última jarra de cerveza al
capitán, en esa ocasión su misterioso compañero estaba sentado en
silencio en una de las mesas del fondo, sin beber ni comer nada en
toda la velada. Matías insistió en ponerle una buena cerveza pero
Ramius lo negó con un seco movimiento de cabeza, entonces, de
buenas a primeras le contó algo que le dejo boquiabierto.
Todo ocurrió en la dura
campaña por los Desiertos de Sal, muy al sur de Highdell, la
compañía que comandaba Ramius fue la primera en entrar por la
brecha abierta en los gruesos muros de la ciudadela de Nehek,
llevaban dos meses de asedio y tanto atacantes como defensores
estaban al limite de su resistencia. Entraron a sangre y fuego, los
defensores, obstinados y feroces Nehekianos luchaban cual leones
acorralados pero poco a poco, aunque diezmada, la compañía del
capitán pudo abrir el portón de la torre central y subir hasta su
cima. La torre eran inmensa, cada piso era como una manzana de
nuestra ciudad, a medida que subían iban perdiendo efectivos hasta
que finalmente Ramius acompañado de dos sargentos y tres rodeleros
tiraron la puerta del laboratorio del hechicero.
Una explosión de
fuego verde desintegro a los dos primeros que entraron, para el
rodelero era su primera campaña pero el sargento era un buen
compañero de Ramius. Los demás, sacando fuerzas de donde antes no
las había cargaron contra el malvado hacedor de magia. La lucha fue
breve pero intensa, el hechicero perdió literalmente la cabeza por
una estocada de Ramius mientras que el sargento malherido le
perforaba con su alabarda y lo dos rodeleros estaban chillando de
dolor con sus ojos licuados por un terrible hechizo. Unos minutos
después llego el silencio, Ramius era el único que había
sobrevivido al asalto a la torre y mientras estaba apoyado en una de
las paredes del laboratorio para recuperar el aliento pudo ver
horrorizado como la figura de un hombre se levantaba de un altar
cubierto por una sábana de seda.
Mediría casi dos metros y era de
complexión musculosa, no llevaba ropa ninguna aunque su cuerpo no
mostraba señales de su sexo, su piel era gruesa, parecía ir
cubierto completamente con una armadura de cuero tachonado, sus ojos
eran toda una superficie ambarina con brillo propio y en su cabeza
sin pelo llevaba una profunda marca. Lo mas sorprendente para Ramius
fue su amabilidad hacia él, no mostró signo alguno de lucha, es
mas, le agradeció haberle liberado del hechicero. Le contó que
había sido creado desde materiales como el hierro, arcilla y cuero
para posteriormente darle vida y consciencia propia. Desde su
creación había sido maltratado salvajemente pero por algún tipo
de magia oscura le era imposible enfrentarse al hechicero ni huir
por si solo, al morir a manos de Ramius se vio liberado. Su anterior
padre, o creador, le llamaba criado, siervo, esclavo y una palabra
que Ramius no comprendió, Golem.
Ramius lo cubrió con la
capa de uno de sus hombres caídos y le acompaño en todo momento
hasta el exterior de la ciudadela donde la batalla había llegado a
su fin.
El extraño ser le dijo
al capitán que ahora él era su amo y le debía lealtad hasta el
fin de los días, Ramius se negó a ser su amo pero accedió a que
le acompañase en sus viajes, al fin y al cabo era un poderoso
aliado y se mostró muy hábil y letal en posteriores refriegas,
aunque una cosa debía de cambiar, si ya no era su esclavo, ni su
siervo, ni como era eso... golem, tendría que tener un nombre con
el que identificarse, y ese nombre fue Caesar.
Y eso Tobias, es lo que
yo se del misterioso acompañante del capitán, que sea eso verdad o
no ya es cosa de cada uno, pero bueno, si no me crees eres libre de
ir a levantarle la caperuza y mirar si esos ojos son humanos o no.
Anda, deja de beber y corre a casa que Manuela te espera con la cena
lista en la mano y el rodillo en la otra! -”
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