miércoles, 18 de noviembre de 2015

El Desafío de los 30 días. Día 18.

Pregunta 18: No hay dos sin tres. Recorrer los peligrosos caminos que rodean Highdell (o Vallealto, como también se le conoce) es duro si el camino se recorre solo. Por eso, casi todos los aventureros tienen a alguien que le cubre las espaldas en los momentos de dificultad, en el que se apoyan y al que le ofrecen su apoyo y su amistad. ¿Quién es? ¿Por qué?

“- psssst Tobias, has visto ese tipo tan extraño? Si si, el que acompaña al viejo capitán Ramius, me suena que otras veces ya había aparecido por Highdell con él pero siempre solía quedarse en las afueras o bien pasaba la noche en una de las austeras habitaciones para viajeros en el puesto de guardia de la puerta norte. Bajo esa gruesa caperuza no logro ver bien su rostro pero algo me dice que no es de por la zona.

    - Etienne, te tengo dicho que es de mala educación señalar! Y mucho menos al señor Ramius, siempre lo ha dado todo por nuestra ciudad sin pedir nada a cambio, hasta jugarse el pescuezo.
    Te lo voy a contar pero no lo vayas diciendo por ahí, que sino Matías el tabernero me va a dejar el lomo arreglado con su vara de olivo. Al parecer una noche, ya cerrando la taberna, sirvió la última jarra de cerveza al capitán, en esa ocasión su misterioso compañero estaba sentado en silencio en una de las mesas del fondo, sin beber ni comer nada en toda la velada. Matías insistió en ponerle una buena cerveza pero Ramius lo negó con un seco movimiento de cabeza, entonces, de buenas a primeras le contó algo que le dejo boquiabierto.

    Todo ocurrió en la dura campaña por los Desiertos de Sal, muy al sur de Highdell, la compañía que comandaba Ramius fue la primera en entrar por la brecha abierta en los gruesos muros de la ciudadela de Nehek, llevaban dos meses de asedio y tanto atacantes como defensores estaban al limite de su resistencia. Entraron a sangre y fuego, los defensores, obstinados y feroces Nehekianos luchaban cual leones acorralados pero poco a poco, aunque diezmada, la compañía del capitán pudo abrir el portón de la torre central y subir hasta su cima. La torre eran inmensa, cada piso era como una manzana de nuestra ciudad, a medida que subían iban perdiendo efectivos hasta que finalmente Ramius acompañado de dos sargentos y tres rodeleros tiraron la puerta del laboratorio del hechicero.

    Una explosión de fuego verde desintegro a los dos primeros que entraron, para el rodelero era su primera campaña pero el sargento era un buen compañero de Ramius. Los demás, sacando fuerzas de donde antes no las había cargaron contra el malvado hacedor de magia. La lucha fue breve pero intensa, el hechicero perdió literalmente la cabeza por una estocada de Ramius mientras que el sargento malherido le perforaba con su alabarda y lo dos rodeleros estaban chillando de dolor con sus ojos licuados por un terrible hechizo. Unos minutos después llego el silencio, Ramius era el único que había sobrevivido al asalto a la torre y mientras estaba apoyado en una de las paredes del laboratorio para recuperar el aliento pudo ver horrorizado como la figura de un hombre se levantaba de un altar cubierto por una sábana de seda.

     Mediría casi dos metros y era de complexión musculosa, no llevaba ropa ninguna aunque su cuerpo no mostraba señales de su sexo, su piel era gruesa, parecía ir cubierto completamente con una armadura de cuero tachonado, sus ojos eran toda una superficie ambarina con brillo propio y en su cabeza sin pelo llevaba una profunda marca. Lo mas sorprendente para Ramius fue su amabilidad hacia él, no mostró signo alguno de lucha, es mas, le agradeció haberle liberado del hechicero. Le contó que había sido creado desde materiales como el hierro, arcilla y cuero para posteriormente darle vida y consciencia propia. Desde su creación había sido maltratado salvajemente pero por algún tipo de magia oscura le era imposible enfrentarse al hechicero ni huir por si solo, al morir a manos de Ramius se vio liberado. Su anterior padre, o creador, le llamaba criado, siervo, esclavo y una palabra que Ramius no comprendió, Golem. 

    Ramius lo cubrió con la capa de uno de sus hombres caídos y le acompaño en todo momento hasta el exterior de la ciudadela donde la batalla había llegado a su fin.
    El extraño ser le dijo al capitán que ahora él era su amo y le debía lealtad hasta el fin de los días, Ramius se negó a ser su amo pero accedió a que le acompañase en sus viajes, al fin y al cabo era un poderoso aliado y se mostró muy hábil y letal en posteriores refriegas, aunque una cosa debía de cambiar, si ya no era su esclavo, ni su siervo, ni como era eso... golem, tendría que tener un nombre con el que identificarse, y ese nombre fue Caesar.

    Y eso Tobias, es lo que yo se del misterioso acompañante del capitán, que sea eso verdad o no ya es cosa de cada uno, pero bueno, si no me crees eres libre de ir a levantarle la caperuza y mirar si esos ojos son humanos o no. Anda, deja de beber y corre a casa que Manuela te espera con la cena lista en la mano y el rodillo en la otra! -”


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