Podría decirse que la mayoría de poblaciones del norte de Sarovir están comunicadas por una antigua calzada empedrada que lo cruza de este a oeste. Desde siempre se le ha dado el nombre de la Senda del Penitente y es usada sobre todo para el comercio entre los núcleos urbanos. Aunque cuenta la leyenda que los condenados a muerte eran obligados a recorrer parte de la senda descalzos y encadenados como parte del suplicio antes de llegar a algún viejo árbol de gruesas ramas donde colocar la soga del desafortunado. Cuando de sus huesos resecos al sol se le desprendía el cráneo se colocaba sobre el Sereno más cercano.
A lo largo del camino los viajeros pueden encontrar a los Serenos, enormes estatuas de bronce con forma de monje con un hábito y un fanal en su mano izquierda. Esa parte de la estatua emite un ligero fulgor verdoso desde la puesta de sol hasta el amanecer. Muchos eruditos han intentado dar una explicación a este fenómeno, unos dicen que se trata de un efecto alquímico, otros de un hechizo ignoto mientras que otros afirman que es debido a una reacción luminescente de unos hongos que se activa al caer la noche. Sea lo que sea lo que está claro es que de noche la Senda del Penitente es como una retorcida serpiente verdosa cuyo fulgor refleja las tenebrosas sombras de los incautos que lo recorren de noche....
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