Había sido mas fácil de
lo que pensaban, al final con un carro repleto de cubas de cerveza
los aventureros lograron la amistad con el enorme gigante del
desfiladero. Resultó que el grandullón estaba siendo acosado por
partidas de guerra de los esclavistas que habitaban la vieja
fortaleza cercana. Aún teniendo al gigante de su parte, el reducido
grupo de aventureros estaba en una alarmante inferioridad numérica,
el señor de la guerra que controlaba la fortaleza contaba con casi
dos centenares de hombres bien armados y preparados, de momento el
ataque frontal parecía inviable.
Al poco tiempo un
estrepitoso ruido en forma de galope de caballos se acercó por el
extremo opuesto del desfiladero, los tres héroes se sorprendieron al
ver como finalmente llegaban los refuerzos, el joven bárbaro
liberado un tiempo atrás había conseguido reunir a varios clanes
vecinos para luchar contra los despiadados esclavistas.
Una vez todos unidos se
empezó a planificar el plan de batalla, por un lado y a modo de
avanzadilla Cormac y sus exploradores encabezarían la marcha
eliminando las posibles patrullas de vigilancia para encaramarse a
los muros tan pronto como pudieran.
Tannan, el fornido
herrero y la mayor parte de su clan, unos sesenta rudos bárbaros
formarían el núcleo que junto con el gigante golpearían como un
mazo el portón principal mientras que el sacerdote rúnico, Kreen
Uthar y sus cuarenta bersekers presionarían por uno de los flancos.
Nuestros valientes
aventureros, el escurridizo y letal asesino halfing, el enorme y
robusto bárbaro y el poderoso mago elfo treparían con los
exploradores de Cormac.
Tras unas inspiradoras
arengas de batalla se inició el avance hasta la fortaleza, en este
día muchos hombres buenos iban a morir pero el resultado de la
victoria merecía este duro pago.
A mitad de camino un
inesperado suceso golpeó la vanguardia del improvisado ejercito,
tres de los exploradores fueron abatidos por una misteriosa criatura
alada la cual se esfumó tan rápido como había aparecido, este
negro presagio requirió las motivadoras palabras de los héroes para
proseguir con la marcha.
Las flechas empezaron a
surcar los cielos, los defensores divisaron la fuerza atacante y se
organizó un duro contraataque, un par de balistas emplazadas en las
almenas daban buena cuenta de los guerreros de los clanes pero estos
no cesaron hasta ponerse a cubierto bien pegados a las murallas
intentando abrir varias brechas y forzar la enorme puerta de doble
hoja que les impedía el paso.
La batalla había
empezado, solo los caprichosos dioses sabían el desenlace.
Con cuerdas y escalas los
tres aventureros lograron trepar hasta la azotea del castillo, el
primer cruce de aceros fue con los mercenarios que defendían el
ataque con sus espadas y ballestas, de momento estos pobres
desgraciados no eran adversarios para los héroes los cuales pudieron
abrirse camino fácilmente hasta una de las trampillas que accedían
al interior, esto iba a ser una frenética carrera a vida o muerte,
llegado este momento apenas tendrían oportunidad para poder recobrar
el aliento y recuperar fuerzas pero aún así nada ni nadie podría
detenerles.
Al final de las
escaleras, tras una puerta cerrada se oían las voces de los
mercenarios:
Los primeros dos
ballesteros que abrieron a toda prisa la puerta para subir no
tuvieron ninguna oportunidad, no esperaban que rapier del asesino
halfing y el hacha del bárbaro estuvieran en su camino. Todo ocurrió
muy rápido, saltando sobre los cadáveres de los mercenarios los
tres héroes irrumpieron en la sala de guardia, ardientes chorros de
fuego brotaron desde las palmas del mago hacia el ogro Olaf, el hacha
a dos manos del bárbaro hacia mortales molinetes acabando con todo
lo que chocaba y el pequeño asesino asestaba mortíferas punzadas en
los órganos vitales de sus enemigos.
En unos pocos minutos
habían establecido una zona segura dentro de la fortaleza, aunque
habían sufrido algunos cortes superficiales no había tiempo para
reponer fuerzas ya que debían de aprovechar el factor sorpresa.
La batalla estaba algo
estancada, ambos bandos luchaban feroces sin mostrar compasión ni
signos de debilidad, aunque el enorme portón empezaba a crujirse
bajo los embates del gigante aún se mantenía firme.
En el interior, los
exploradores de Cormac se dirigieron hacia la entrada principal
mientras que los tres aventureros se adentraron hacia los aposentos
del líder de los esclavistas a sangre y fuego abatiendo a todo aquel
que se interponía por delante. De repente, una lujosa estancia les
indicó que estaban llegando al final hasta que una puerta se abrió
de par en par para dejar ver a un imponente bárbaro cubierto con una
máscara de hierro y pieles de lobo, en una mano blandía agilmente
un hacha decorada con motivos funerarios y en la otra sujetaba un
pesado escudo de bronce que usaba como ariete. Su piel parecía
corrompida, de un color grisáceo vacía de vida y sus ojos rojos
lloraban sangre, estas señales no presagiaban nada bueno. El combate
fue rápido y mortal, el halfing asestaba veloces estocadas con su
rapier mientras que el bárbaro luchaba frente a frente con el
caudillo, algo mas atrás el mago elfo conjuraba a los ancestros
debilitando poco a poco al enemigo. Entre los tres consiguieron
abatir señor de la guerra no sin sufrir importantes heridas.
No había tiempo para
recuperarse, por detrás se oían los pasos de los mercenarios que
acudían en ayuda de su jefe por lo que los héroes no tenían mas
opción que bajar por una trampilla que había en la estancia.
Era un pasillo angosto y
oscuro, la humedad goteaba por las paredes y las alimañas corrían a
apartarse de las botas de los héroes los cuales evitando unas
letales trampas llegaron a una habitación sin mas salida que un
agujero en el techo.
En el centro de la
habitación había un enorme sarcófago de mármol negro y a los
pocos segundos y a través del agujero apareció su dueño en todo su
esplendor.
El Emisario Oscuro era un
poderoso vampiro guerrero, vestía una reluciente armadura de placas
roja y manejaba diestramente un mandoble, al ver sus alas los
aventureros supieron que era la forma que había atacado al grueso
del ejercito de camino al castillo.
En estos momentos no
quedaba otra opción que darlo todo, a estas alturas de la batalla
los héroes se encontraban exhaustos y sin apenas recursos, el asalto
había sido una carrera contra reloj y ahora estaban en la recta
final. El último combate había empezado.
El halfing a pesar de
asestarle un daño considerable con su rapier mágico cayo al suelo
moribundo al recibir dos estocadas del mandoble, el bárbaro después
de herir de gravedad al vampiro con su hacha sucumbió a su mirada
hipnótica quedando petrificado sin poder moverse hasta que el
agotado mago elfo en una muestra de poder sin igual lanzó su último
hechizo conocido para acabar con la existencia de la criatura de
ultratumba la cual se convirtió en cenizas a los pies del los
aventureros.
Rápidamente estabilizo a
su compañero halfing y el cesó el embrujo que mantenía petrificado
al bárbaro.
En la superficie los
vítores de sus tropas les indicaban que habían vencido la batalla,
los últimos esclavistas fueron eliminados, con esto concluía una
oscura época de secuestros y ataques a los clanes.
Los aventureros a duras
penas consiguieron hacerse con unos objetos místicos que seguro les
serían de gran ayuda en un futuro, venían tiempos de calma pero
posiblemente fuera la calma que precedía a la tormenta...
Pues oye, parece una sesión muy interesante. Intensa, desde luego.
ResponderEliminar¡Genial reseña!
Fue una sesión diferente, una carrera contrareloj donde los jugadores debían de controlar el desgaste de recursos y la verdad es que funcionó muy bien. Me alegro que te haya gustado :)
ResponderEliminarUn saludo!
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