Una fuerte explosión resonó varias
calles a la redonda, al parecer provenía al taller del viejo
ingeniero gnomo Egan Thermobolt. Rápidamente los vecinos mas
cercanos acudieron al lugar viendo como una enorme humareda verdosa
salia de las ventanas rotas del taller.
Entre maldiciones y con el pelo de la
cara chamuscado salió a la calle el ingeniero cascarrabias...
- Se lo dije! Mira que se lo dije a todos pero como siempre no me hicieron caso! Malditos mercenarios de pacotilla, esta claro que si quieres un trabajo bien hecho debe de hacerlo uno mismo, malditos mercenarios humanos!-
Al ver que no había heridos, tanto
Hackett el armero como Jenna la herrera volvieron a sus respectivos
talleres. Este barrio de la Gran Tortuga estaba compuesto
prácticamente por negocios gremiales dedicados a la ingeniería y
sus derivados, mayoritariamente todos tenían en común la
fabricación de equipo y materiales para el buen funcionamiento de
una de las mayores centrales de gestión de residuos que albergaba la
mitad sur de Átropos o también llamado la Gran Tortuga para sus
habitantes.
La vida en el barrio era someramente
monótona, cada maestro ingeniero trabajaba junto con sus aprendices
en los antiguos talleres de herencia familiar, solo unos pocos sabían
exactamente cuantas generaciones les precedían, los demás al
intentar averiguarlo se perdían en la extrema longevidad del
descomunal artefacto donde residían.
La central de residuos ofrecía mas de
dos centenares de puestos de trabajo, eso sin contar los barrios
gremiales que trabajaban para la fabricación de herramientas y
repuestos. La mayor parte eran ingenieros gnomos organizados por
sectores, cada sector estaba al mando de un ingeniero jefe que
organizaba las labores diarias.
Tales labores eran básicamente la
gestión de recursos reciclables, unos gigantescos hornos se
dedicaban a incinerar las toneladas de residuos produciendo energía
para poder accionar los miles y miles de engranajes de la rodilla
trasera derecha de La Gran Tortuga permitiendo así su articulación.
Dentro de la planta de reciclaje
reinaba un caos controlado, enormes autómatas de doce metros de alto
recogían los cubos de varias toneladas de residuo que salían de una
enorme prensa de pistones. Los autómatas tenían en su parte
superior unas cabinas acristaladas desde donde sus pilotos los
manejaban por los larguísimos pasillos remachados.
Por otro lado, unos fuelles grandes
como montañas insuflaban chorros de aire capaces de desplazar una
casa de madera hacia lo que llamaban El Núcleo.
Esta zona era un hexágono hueco que
contenían un mar de ardiente lava bombeada a través de seis grandes
salidas de roca madre. Se dice que era unos de los muchos corazones
sintéticos de Átropos, los ingenieros de antaño ya lo encontraron
tal cual suponiendo que era una fuente de energía que movía al
titanico ser artificial que les servia como mundo. Los mas
imaginativos dicen que La Gran Tortuga se enfrentó hace eones al
dragón Ashkum, señor de su estirpe, la batalla duro siglos hasta
que el dragón acabo engullido, de ahí que sus glándulas flamígeras
se hallen repartidas por todo el cuerpo de Átropos en forma de
núcleos de ardiente magma.
El calor que desprendía el Núcleo era
tal que los autómatas debían de ser reparados cada tres viajes de
residuos ya que sus placas de duro metal enano no eran capaces de
soportar tal calor.
Después de que los aprendices del
ingeniero limpiaran y arreglaran todo el estropicio causado en el
taller Thermobolt dio por finalizada su jornada cerrando por este día
el taller.
Dos días mas tarde, en la taberna del
Engranaje Oxidado, Thermobolt saboreaba una oscura cerveza al
finalizar su jornada de trabajo, en su mesa, tres jarras vaciás
denotaban su larga estancia en el local hasta que una figura
encapuchada se sentó en su mesa sin pedir permiso.
Al retirarse parte de la capa el gnomo
vio a un tosco humano de mirada fría, tenia la parte izquierda del
rostro plagada de cicatrices y su pelo era muy corto y negro.
- Ya me tienes aquí gnomo, no querías al mejor? Me llaman Beagan, antaño serví como capitán a las ordenes del conde Clancy de Nueva Castilla. Al finalizas las campañas de las Islas Circinus la mayoría del ejercito se licenció con unas mediocres pagas, el resultado fue la creación de numerosas fuerzas mercenarias, cazarecompensas y buscadores de fortuna.Leí en uno de tus anuncios que buscabas y grupo de aventureros dispuestos a realizar un trabajo de poco riesgo y bien remunerado, así que ya lo has encontrado.-
- Valiente bravucón! Quieres tomar el pelo al viejo Thermobolt? Hoy en día hasta un rufián apresado en los calabozos del Marshall Rocketfuel podría hacerse pasar por un mercenario de elevada reputación, tendrás que demostrarme que eres quien dices, te aviso que no tengo tiempo que perder, estoy terminando mi cuarta cerveza y Doris me espera en casa con la cena preparada.-
Tras las bruscas palabras del ingeniero
gnomo Beagan hizo una señal con el dedo hacia la ventana, a los
pocos segundos tres forasteros entraban y se acercaban a su mesa. Uno
de ellos era un enano malcarado de largas barbas rojizas como el
fuego de una fragua, su atuendo eran gruesas ropas de cuero con
multitud de bolsillos y una gran ballesta reforzada de metal en la
espalda.
El otro parecía un humano aunque de
complexión mas delgada, sus orejas puntiagudas lo descubrían su
élfica procedencia y su tez oscura indicaba que pertenecía a la
raza de las profundidades, a los oscuros elfos del submundo. Su negro
atuendo iba a juego con su cabellera de color azabache, aparentemente
no iba armado pero su ropas posiblemente escondieran peligrosas armas
punzantes.
La ultima era una hermosa joven de pelo
negro y gran cantidad de abalorios, vestía trajes típicos de las
caravanas de comerciantes y circos ambulantes de las gentes del este.
Thermobolt se agito al ver como unas culebrillas de electricidad
crepitaban en su mano izquierda, y eso que no tenia baterías!
- Como puede observar viejo cascarrabias, mis compañeros no son meros buscavidas charlatanes, usted necesita un grupo en condiciones y nosotros necesitamos su dinero, así que por favor, hablemos...-
No hay comentarios:
Publicar un comentario